martes, 10 de noviembre de 2015

Rata de dos patas: a propósito de la canción de Paquita la del Barrio.

“Rata de dos patas, te estoy hablando a ti.”Esperemos que hayáis entendido el mensaje de la canción rata inmunda que subimos al blog hace unos días. Exacto, realmente no hace referencia a la rata (el roedor), si no a un humano. En este caso, la metáfora es extrapolable a todo el género humano. Continuamente tendemos a culpar de nuestros problemas y males al otro, a la otredad. Establecemos una barrera inquebrantable entre nosotros y el otro, y planteamos una dicotomía que siempre está cargada con matices morales: nosotros somos lo bueno, el otro es lo malo. La Peste Negra supuso tal impacto que desde el primer momento se le atribuyó una causalidad maligna, supraterrenal. Con la aparición de los primeros enfoques científicos hacia el problema, la culpabilidad de la otredad siguió imperante. La rata negra se había convertido en la causa de su expansión. La demonización de la rata a raíz de la Peste Negra actuó como catalizador de una percepción que ya se estaba gestando durante mucho tiempo. La rata pasó de ser un ente neutral, compañero y vecino del humano, a ser un animal repugnante y relegado a los ambientes oscuros y pestilentes. Su verdadero ambiente, donde debía estar y del que no debía salir. El principal causante de las epidemias de peste nunca fueron los roedores, ni la bacteria Yersinia pestis. A quién debemos de mirar es al propio ser humano. Es imposible entender la peste sin analizar las dinámicas humanas que acontecieron en Europa y Asia durante la Edad Media. Los intercambios comerciales, la urbanización del espacio, la aglomeración y densificación de las ciudades, el tratamiento de las aguas y de los vertidos residuales, etc. En ningún caso se trata de ver al humano como el verdadero problema. No. Se trata de analizar unos acontecimientos que inevitablemente se sucedieron de una manera determinada, donde una serie de agentes actuaron gracias a que el contexto humano lo propició.

Con esto queremos incidir en uno de los objetivos principales de este proyecto: analizar las dinámicas que dieron lugar a la Peste Negra desde la perspectiva de la otredad. Ofrecer una nueva mirada, para poder comprender mejor la escena. Situarnos desde la visión de dichos agentes, pues sin esta mirada, nunca podremos mirarnos a nosotros mismos desde fuera.  


Juan Ignacio Alonso Porras

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